jueves, octubre 21, 2004

18:22h
Ayer me levanté de la cama para escribir y después de 20 minutos de reflexiones, mi maravillosa conexión dijo que nanay. Me cago en la puta que parió a Auna y al que sigue impidiendo que gente de bien como yo no pueda acceder todavía al ADSL.
El caso es que en un reportaje hablaban de la píldora post-coital, o "del día después". Sacaban a una escalofriante pandilla de adolescentes, o no tanto, que entre risa y exabrupto decían que ellos a esa pastilla la llamaban "pastilla pa dehpué de follá".
La aparición de métodos anticonceptivos pre-coitales supuso un avance tremendo. El auge de su uso, más. Asociar el acto sexual única y exclusivamente con la procreación es algo anacrónico y engañoso. A nadie le amarga un dulce, ni un polvo. Que la gente folle por follar, si realmente quiere, pues adelante. Quien sigue asociando erróneamente asegura que la aparición y el uso del condón, la píldora anticonceptiva, el DIU, etc, promueve la promiscuidad y la irresponsabilidad de las personas. Sin embargo, no hay demostración más fehaciente de responsabilidad que ser consciente de las consecuencias de un acto (sexo-->embarazo)... Si yo me pongo un condón al follar, soy lo suficientemente responsable como para tratar de evitar las consecuencias no deseadas.
Entra en juego la píldora post-coital, ideada y prescrita únicamente para casos de emergencia, es decir, si la persona es responsable, se pone un condón y se rompe, es mejor tener otro método de emergencia. No se pueden controlar los imponderables. Ahora bien, la otra cara de la moneda muestra que la píldora post-coital se puede utilizar como ÚNICO método anticonceptivo, y eso sí que no. No sólo los chavales de la "píldora pa después de follá" son jodidamente irresponsables por follar sin método anticonceptivo pre-coital, sino que encima se premia esta irresponsabilidad dándoles la posibilidad de usar la otra píldora. Todo avance científico en aras de la comodida y la seguridad del ser humano acarrea inevitablemente una exención de la responsabilidad de ese mismo ser humano. Se tiende a premiar la irresponsabilidad. Por eso sólo se debería permitir tomar la píldora post-coital a quien haya demostrado suficiente madurez como para haber previsto las consecuencias... Y a quien esa prevención no le haya sido suficiente.