Corrección política (II)
Pensé que ayer había escrito en caliente. Ahora lo releo, y en realidad es lo que pienso.
Como era de esperar, Samuelín rectificó. A eso lo llamo yo tirar la piedra y esconder la mano, continuando con el refranero.
Siguiendo con el lavado de imagen, curioso el afán de toda cadena de radio y televisión nacional de presentar a Samuelín como un pobre hombre ofuscado y confundido por una celebración. Parece que sea aún mejor persona después de un insulto. Exactamente lo mismo que hizo según qué prensa de según qué país de los muchos que componen el Estado español después de la provocación de un futbolista que tuvo la poca vergüenza de, atención, ir andando a botar un saque de esquina. ¿Será que hay gente más tonta que otra, es un gesto de benevolencia, o qué cojones pasa?
El caso más delirante lo he visto esta mañana en "La mirada crítica": Juan Cruz, John Cross, ha justificado lo de Samuelín, argumentando que ya Aznar hizo algo parecido. Juanín, querido, entiendo perfectamente que tu sueldo prisaico te lleve a ver el fantasma de un tío retirado hace más de un año por todos lados, pero que me diga alguien si es lo mismo decir "Todo va bien; hasta el Madrid ha ganado al Barcelona" que "Madrid, cabrón, etc". Que yo sepa, no dijo que el Madrid había ganado a esos "cabrones" del Barcelona. Pero bueno, va en el sueldo de Juanín. Eso, y seguir escribiendo artículos lamentables en As, por ejemplo.
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