Maneras de ver pasar el tiempo
Hay maneras y maneras de ver pasar la vida.
Las hay directas: todo se va cayendo, desde el pelo, al culo, las tetas, la papada, etc. Son de las más jodidas, las directas.
Las hay directas de segundo orden: Se muere un familiar, tus amigos se casan o tienen hijos, tus padres se hacen mayores, hay bares a los que ya no puedes ir porque te encuentras entre una clientela diez años más joven, juegas al fútbol con chavales de instituto y te ves como tú veías a los veintiañeros mataos de entonces, con menor resistencia física, más preocupaciones...
Y las hay indirectas: Todo lo que te ha ido sirviendo como referencia durante la adolescencia y la más temprana juventud va inexorablemente envejeciendo también, y hasta se puede presentar la muerte cuando menos se lo espera uno. Aquel Jesús Gil y sus intentos de dominar el idioma de Shakespeare, if yu sei bla bla bla ol dei is beri bá, ai uai yu blá, no poblem!!! Y ahora está criando malvas. O el más reciente, Agustín González. Me acuerdo de él sobre todo por el papel que hizo en la serie tan patética de A3 que se llamaba Los ladrones van a la oficina. "¡Gutiérrez, co-o-ño!" Nos descojonamos largo y tendido imitando al, por otra parte, pasable actor, no tenía más que un registro...
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