Érase que se era un director deportivo que, en connivencia con un entrenador Cum Laude en garrulismo ilustrado, se lió a fichar centrales "viriles". De esos que los que les ríen las gracias gustan en llamar "duros", "contundentes", "de los que marcan su terreno", etc. Eufemismos para lo que siempre ha sido un central leñero. Violento.
Martagón y Prieto, Alfaro, Navarro, Ocio. Estoy convencido que cuando el Doctor Alfaro se retire, el Sevilla hará lo imposible paa incorporar a Ballesteros. Es del corte.
Son jugadores con mucha suerte. Fijémonos en Giovanella: Más allá de que le guste la nandrolona amb tomàquet, o de que su cuerpo, milagroso como el de Gurpegui, la cree "endógenamente", no le considero un tipo agresivo ni violento. Que se lo pregunten a Manuel Pablo. Figo... Un piscinero, como mucho, protestón... El central del Zaragoza, 6 meses. Salgado... Correoso, peleón, un poco demagogo... Juninho y su carrera al garete. Etc etc. Sin embargo, los coleguis del Sevilla no han lesionado a muchos, teniendo en cuenta que sacan la guadaña en forma de patada, coz, codazo, mordisco, cabezazo o lo que se tercie un par de veces por partido.
Se trata de jugadores cuya única "cualidad" para jugar al más alto nivel es ser violentos. Alfaro con Futre. Navarro con no sé cuántos. Martagón y Prieto con el Doctor Bilardo. Ocio bailando salsa-full contact con Kovacevic. Centrándonos en Ocio, un tío que no era ni titular en el Athletic, se fue a Sevilla y su primera temporada la pasó en la Feria. Ahora me da por pensar que todavía no ha sacado todos sus "talentos" futbolísticos. Tendría que aprender del Doctor y Cía.
Sus excusas son vagas, cuando menos. A ellos se les ataca desde la prensa de Madrid, mayoritariamente. ¿Que le pisa la cabeza a uno? Es un deporte de contacto, ya están los del As y sus mariconadas. ¿Que a Zidane se le va la olla una vez? Para él no se pide sanción, ¿no? Es como si al futbolista talentoso que pierde los papeles una vez hubiera que crucificarle, mientras que el defensa central tiene patente de corso.
La otra excusa es la que ha sacado hoy el animal de bellota con ojos azules. "Yo ya sé lo que es que te rompan un hueso de la cara, de la nariz, el malar... Sé lo que es perder el conocimiento. A mí me han mordido y no he venido al día siguiente a la rueda de prensa a llorar..." Da a entender que lo de ayer fue un lance fortuito, que a él le pasa eso (¡y más!) cada fin de semana, y que lo que pasa es que Arango es un flojo. ¡Otra vez es el cabeza de turco! Pobre...Y es que a quien se le ocurre ir a disputar un balón dividido en el centro del campo buscando sólo eso, el balón.
La simple patada que le propina a Arango es de amarilla. Sólo la patada. El codazo, frontal y sin venir a cuento, no puede ser para "protegerse", como he oído por ahí a alguno con acento del Rocío. Si hay un balón en el aire, no está de más abrir un poco los codos. No usarlos como martillo pilón. El tipo se escandaliza cuando se le insinúa que no es la primera vez y que puede que sea con algo de mala intención. "No puedo pensar que nadie crea que voy con mala intención a lesionar a un compañero". Pues una de dos, chato: O en realidad vas de matón y quieres dar cera a tus compañeros para demostrar que por tu lado no pasa ni dios, o tu cerebro no reconoce aquello de causa-efecto, y es que si te enfrentas con ánimo violento a un balón dividido, dividiendo tu atención entre el balón y la cabeza o la pierna del contrario, lo más normal es que se produzca una acción violenta. Y es más probable que una acción violenta acarree un daño que una acción deportiva o, tal vez, dura.
Pobrecito. Estigmatizado de por vida a partir de ahora. Por culpa de Arango. Yo de él, colgaba las botas y me metía a mamporrero o a aizkolari.